Hermosos, mágicos y raros, así son los cenotes, el tesoro más preciado de la Península De Yucatán, en México. Los mayas los bautizaron con la palabra Dz’onot, que significa “carverna con agua”. De allí evolucionó a su nombre actual: cenotes.
La mayoría de los cenotes se encuentran a lo largo de la Península de Yucatán, extendiéndose hasta Belice y Guatemala. En estas zonas, el suelo está formado por una roca caliza muy porosa y blanda, lo que hace que se derrumbe fácilmente al entrar en contacto con corrientes de agua, formando los cenotes.
Nadar en un cenote, es una experiencia única e increíble. Sus aguas, que tienen una temperatura promedio de 24°C, son cristalinas y de colores que van desde los verdes hasta los azules más claros e intensos.
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Sea cual sea el cenote que decidas visitar, ya sea en Cancún, la Riviera Maya o Tulum, te dejamos ciertas recomendaciones que debes tomar en cuenta en tu estancia por estos raras creaciones de la naturaleza:
- Los cenotes eran considerados lugares sagrados por los mayas. Por lo tanto, es importante que como visitante, adoptes la misma postura y cuides el lugar, tratando de no dejar huellas contaminantes.
- Su ecosistema es muy frágil, por lo que no está permitido usar ningún tipo de bronceador o protector solar. En algunos lugares te pedirán que tomes una ducha antes de ingresar al agua.
- Los cenotes suelen ser lugares bastantes rurales. No encontrarás grandes construcciones, baños o restaurantes. Te recomendamos ir con pequeños refrigerios y bebidas.
- Lleva una bolsa para recoger tus desechos, y si es posible, dejar el lugar más limpio de lo que lo encontraste.
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